Leila es de Kinitra (Marruecos). A los 22 años, después
de la muerte de su padre, vino a España en busca de trabajo, sola.
En ella hemos encontrado espontaneidad, el relato de su vida y el de su
familia. Es una voz más que se suma a mi trabajo.
- Cuéntame sobre la primera vez que saliste de tu vida familiar,
cuándo te relacionaste con niñas y niños fuera
de tu familia,
- Esto fue cuando empecé la escuela, a los siete años,
chicos y chicas, una experiencia muy bonita, y, gracias a Dios, mi familia
me dio la libertad de poder tener amigos, estudiar en otras casas, salir…
pero reconozco que lo demás lo tenía más difícil…
hasta que tuve que abandonar los estudios para venirme aquí,
ya cumplidos los 25 años no pude estudiar más.
- ¿Las reglas de comportamiento, dónde eran más
marcadas?, es decir, ¿desde cuándo empezaste a notar limitaciones
de tu comportamiento hacia los otros?
- A los 8 años o menos, cuando mi madre me decía que
no podía jugar con los niños, había de jugar solamente
con las niñas, que con ellos no podía hacer muchas cosas;
eso de mezclarnos nunca estaba permitido, hasta que yo no fuera capaz
de responsabilizarme.
- Y en la escuela podías relacionarte con los chicos?
- En la escuela sí que podía, pero siempre bajo los controles
de los adultos..
- ¿Te preguntabas el por qué?
- ¡¡ por que eso es prohibido!!
- Prohibido, ¿por quién?
- Por la religión primero, y segundo por la costumbre. Una madre
siente vergüenza si ve su hija salir con un chico, si haces cosas
con el, si lo haces es hacerlo sin que te vean, ni tu madre ni tus hermanos,
ni tu padre, porque si no…